martes, 30 de septiembre de 2008


Tus manos

Amo tus manos
cuando acarician el polvo,
nuestros panes,
el trabajo cotidiano.

Amo tus manos blancas
sobre la luna,
cuando abren futuro
y acarician los brotes más pequeños.

Amo tus manos negras
sobre la muerte.
Tus manos libres
sobre mi sexo,
libadoras de sueños...

Tus manos como tentáculos
solícitas, como soles de invierno.
Tus manos de primavera
al filo de la flor,
quebrando la tristeza.
Tus manos y el perfume
que persiste en su influencia.

Y sobretodo,
amo tus manos rojas
sobre las letras,
tus manos, color revolución,
cuando despliegan
todos los caminos.

Amo, entonces, tus manos
desde la sangre,
cuando se enredan e inventan
los cálculos de Dios.

lunes, 29 de septiembre de 2008


El perfume es una voz

Para Violeta, mi más bella flor.

Tu voz
música viva
se teje en universo naciente
hace estallar
la lluvia en el estío
los pájaros sedientos
los libros olvidados
en la tarde vacía

Tu voz
suave campana
despierta al sol y lo entretiene
invade los rincones del silencio
tañe su canción
y me sonríe

Tu voz
alondra nueva
que bebe del rocío
abre los labios a la luna
se hace guirnalda
con delicada urgencia
entre las flores
y las perfuma.

viernes, 26 de septiembre de 2008


Los otros tiempos

Cuando lleguen al fin
los otros tiempos,
ya caída del verbo,
seré flor voladora
o mariposa coloreada en tu perfume.

Seré canto en el cielo
vacío de los pájaros.
Habitante en la vigilia
sueño tras sueño.

Seré augurio o melodía,
noctámbula en mi cítara,
y todavía,
seré pluma que en la Tierra
se bate a vuelo.



jueves, 25 de septiembre de 2008


Imposible retorno

¿Cuántas veces giramos
esta esquina del deseo?
Qué sucesión de sueños y latidos...
Para atrás
volver, es imposible.
Siempre tornamos
por primera vez.

No recuerdo
la ulterior osamenta
pero sé que hay un día
-imposible de calendario-
que resplandece en la niebla
y me marea.

Y nunca más
caerá así la lluvia
en su cortina minuciosa,
tejida con la niebla del olvido.

Una ciega decide mis pasos
de manera certera:
Para atrás imposible,
vuelve incesante
el día que no ha sido.





miércoles, 24 de septiembre de 2008


Tus manos, otra vez

Busco tus manos
cuando fundan en mí
la revelación de los sentidos.

Sólo tus manos
dos cirios que propagan
en la noche de los tiempos,
la urgencia irreductible de mi sexo.

Es por tus manos
que mi pecho se puebla
de luciérnagas,
que doblan azules
y florecen
las sutiles campanas del jardín.

Tus manos laborales
constructoras,
de este batir de plumas
junto al río.

Son tus manos
que al encender mi piel
despliegan en la casa mi deseo
y esta constelación de girasoles...

Siempre tus manos
caricia de arboladas nervaduras,
que enredan a mi pelo
el viento y su marítimo latido;
que agitan hasta el alba
los perfumes violentos del amor.


martes, 23 de septiembre de 2008


El petirrojo al fin

Mientras preparo bolso y gabardina
antes de enarbolarme a mi jornada,
perfumes de heliotropo o mandarina
libran en mí su procesión dorada.

Nacido el sol la fronda está encendida,
es un vergel de sueños el jardín.
El petirrojo al fin, la bienvenida
al reciente estallido del jazmín.

Ese pájaro en flor rubí proclama:
Ley de lo bello es su inasible fuga’,
y en vuelo –al viento- su esplendor derrama...

Mi pluma en su alegría se desliza,
ve el rocío temblar sobre la grama
en el rincón que el musgo treboliza.