viernes, 31 de octubre de 2008


Sin tocarte


Sin tocarte
se me caen
letras de piel,
páginas al sueño.


En estos tiempos
sin canción,
sin tocarte...
Le sobran
mariposas a la tarde.

viernes, 24 de octubre de 2008


Lo que vive del amor

Aquí yace
lo que vive del amor,
lo que no fue silencio.

Un vuelo de luciérnagas tenaces
que te besan en sueños.
Esta ausencia de olvido,
esta neblina...

Es aquí, donde se escribe
lo que no consumió
la incandescencia de la carne,
lo que no apagó el tiempo.

Es aquí
en las grietas de tu nombre,
donde te toco a fondo,
donde me vierto.

jueves, 23 de octubre de 2008



Lo que cae es la piel, el mediodía

Lo que cae es la piel, el mediodía.
Si pudiera besar tu cuerpo amado
el humo gris de la melancolía,
toda viento, lo habría trastocado.

Toda lluvia y canción, impenitente,
cayendo sobre el mundo y su agonía.
Fértil y laboral del verbo urgente
me encontré con tu noche y la hice mía.

La hechicé con alcoholes misteriosos,
la rocé con el filo del cuchillo;
ella aún se abre con ritmo voluptuoso

y alguna lentejuela se le pierde...
Lo que cae es la piel, su leve brillo,
no el verso hecho con piel de siempreverde.

miércoles, 22 de octubre de 2008



La noche de los pañuelos rojos

Era la noche de los pañuelos rojos
como labios que rozan el veneno,
como un crepúsculo ardiente
que irrumpe,
sobre la arena innumerable.

Cuando miraba al fondo de tus ojos
caía, sin remedio, en el abismo
y era imposible encontrarte o regresar...

Era la muerte con sus pañuelos rojos,
la sangre desbocada
el semblante transido.

Ahora tiemblo,
hay un trémulo palpitar en el espejo
y otra que emula mi nombre,
los arpegios quebrados de mi voz.

martes, 21 de octubre de 2008



La edad de mis prejuicios

Soy la gata de labios libres
que se pasea sobre tu piel de tiempo.
Soy un terciopelo agónico de noches
y también, quien convoca la alegría.

Soy la que no vuelve de aquella primavera.
El brío de la sangre, el vino del dolor...
Soy la edad de mis prejuicios, los que me quedan.
La que desata el marfil de tu sexo y el amor.

lunes, 20 de octubre de 2008



Hay días

Hay días que me pierdo
con mi nube
en sórdidas callejas,
en estancias de invierno,
y me voy apagando lentamente;
y casi me detengo...

Hay días que amanezco
en punto muerto
y engriso telarañas.

Con los labios cerrados,
la tarde está descalza de silencio.

viernes, 17 de octubre de 2008


Augurio matinal

¿Y vuelves del dolor sin equipaje?
¡Despliega tu sonrisa inaugural!
Soñé que contestabas mi mensaje
en tu lengua sexívora y plural.

Te miré desde el fondo de los ojos
invocando tu pluma carmesí,
te intuía detrás de los cerrojos
erguido, diciéndome que sí.

Después de tanto y tanto haberte amado
desperté con tu nombre encaramado
sobre mi flor –augurio matinal-

Hoy te pido que vuelques a mi lado
la fuerza del deseo redoblado
la algarabía de tu piel frutal.

jueves, 16 de octubre de 2008


Vendrá por fin tu voz

Desperté sentada en la estación
bebiendo tu silencio.
Respiré hondo,
sentí silbar el tren de lejanías
y me preguntaba...

¿Será tal vez el tiempo
que deshace la canción?
¿Vendrá por fin tu voz
llamando desde el fondo de los días?

El ciclamen ha muerto.
Sólo la sed persiste.

Primero, viví el dolor
como una autómata
comiendo tus cenizas.
Viví, con la esperanza a cuestas,
toda temblor.

Después, me fui de mí
y ya no pude
nunca más hablarte.
No quise soltar al viento nuestros amores.
El humo de tu risa
asciende todavía
las escalas luminosas de mi piel.

Amo de ti
tu cuerpo cincelado por la letra,
el tibio pentagrama de tu voz,
la música de la sangre que atestigua:
Aún hay tiempo, hagamos el amor!

miércoles, 15 de octubre de 2008


Entonces dijo la voz

Haz del papel un poblado.
Si es posible de corazones,
si es posible en su tinta,
y aún si la tinta es azul...

Azul como la reina
que se balancea infinita
en todos sus pentagramas.
Que se puso verde
como la hierba ardiente del camino
y se esfumó.

Entonces dijo la voz:
“La noche es ciega
por eso está de labios abiertos.
Si se sonríe
trastoca la posición de los astros,
detiene el viento”.

Y del papel ni rastros.
En cada estrella
duerme un poema, por abrir.

martes, 14 de octubre de 2008



Mi lugar es la muerte

Volver de navegar un día cualquiera,
ver la vida en el alba, fue una suerte.
¡Qué del cárcamo oscuro me liberte
su palpitante agitación de fiera!

Aunque al clavar con su aguijón me hiera
sin que jamás en su labor deserte,
hasta agotar mi corazón –ya inerte-
y tornarme a la tierra cuando quiera.

Convertida en campana o mariposa,
lloviendo como letra sigilosa
con el semblante frágil pero fuerte.

Trazando el verso que por fin me injerte
en el cáliz alegre de la rosa,
y comprender... Mi lugar es la muerte.

lunes, 13 de octubre de 2008


A los treinta y cinco años

Abierta en mis ventanas,
equilibrista del deseo y sus cornisas,
a los treinta y cinco años
beso suavemente los labios de la muerte
y el humo ardiente de su voz;
me marea, me enceguece.
Despierto en el regazo delicado de lo efímero.
Hay una lluvia de mariposas
que se beben la vida, desplegando alas.
Ay de mí! Piel de mujer y sexo de poeta...

Después, escribí con mi sangre otra mujer
que para volar mejor, para amarte en libertad
se encadenó al verso.

viernes, 10 de octubre de 2008



Voy a partirme en dos

Hay un dolor de fondo...
Las luces del adiós en la mirada,
tus dedos
que vuelven a mi sueño,
tus dedos
digo
sedientos pasajeros de mi cuerpo.
Y también
mis dedos
inflamando,
el humo
creciente
de tu sexo.

Recorro palmo a palmo
los pliegues del recuerdo:
tu voz
música grave,
tu pecho descubierto,
la calle y la tristeza;
soy
tu gata sin dueño.
Deambulo
por oblicuos callejones
te busco y no te encuentro.

Te llamo
desde el frío
de esta muerte pequeña
de esta pequeña lágrima
sobre mis labios negros.
Vacío de las flores
de tus besos,
voy con los pies descalzos
dolientes
y en silencio.

En esta tarde lenta,
se me han quedado en sombra
las quimeras.
Hay un dolor de fondo,
lo escribo con la tinta
de mis venas.
Me rindo
ante las letras de tu nombre.
Voy a partirme en dos,
te beso hasta el final,

me pierdo hacia el poema.

jueves, 9 de octubre de 2008


Al trasluz del sueño

Cuando el otoño levanta vuelo
deja atrás
la humedad silente del cementerio
y se cubre de luz premonitoria.

Es la mañana,
Y en su más grave arista resplandecen
dos dragones en celo.

Te sé al trasluz del sueño
y me emociona ese pálpito
de estela planetaria,
el viento en tus pupilas
cual fechas incendiarias
clavándose en mis mares.

Ahí, donde la espuma y el deseo fosforecen,
tu sexo: ave de fuego,
mi alondra
herida a muerte
por amor.

miércoles, 8 de octubre de 2008


Volando todavía

Me quiebro al compás
de tus palabras:
abierto tragaluz a la alegría.

Me dejo caer en remolinos
cuando el deseo me encandila.

El sueño despertó y no era silencio,
el aire se inflamó,
tu boca me bebía.
Septiembre floreció con nuestros besos,
el cuerpo del amor nos poseía.

Abrí, mi vertical sonrisa
tan cerca de tu sexo...
¡Qué soberbio esplendía!

Después, el alba presurosa
-con sus luces de siempre-
nos encontró despiertos,
volando, todavía.

martes, 7 de octubre de 2008


Cálculo de espinas

Si no vino es porque no vino
Alejandra Pizarnik

Ni fue una enredadera que se extiende,
ni habrá canción capaz de acariciarle.
Tendrá los nombres que la muerte enciende,
los enlutados, que no podrán nombrarle.

Hubo un lucero en flor en mis heridas,
después, un remolino de escorpiones;
la terquedad de atravesar los días
y su conspiración de girasoles.

Temprano pereció, perdió el camino,
detuvo el ruedo de las estaciones,
enmudeció su pálpito y su trino.

¡Qué exactitud en su cálculo de espinas!
Septiembre de este lado de la lágrima,
y un siglo que no vuelan golondrinas...

lunes, 6 de octubre de 2008



El ojo del alba


El ojo del alba es un cuchillo
que florece contra la oscuridad.

Es el eje donde se cortan
los sueños afilados del insomnio.

El sol es un anillo,
una estrella que iluminó el poema
donde mi noche
despierta
brilla.

viernes, 3 de octubre de 2008



Vengas o no

Vengas o no,
me pondré una camisa
y tu mirada,
le sonreiré a las flores
que cultivé este invierno,
cabalgaré
la sombra de las letras.

Vengas o no
perfumaré la aurora con mi canto
y también
los silencios de la noche.
Navegaré la primavera
hacia tu orilla
que siempre es otra orilla.
Remontaré las velas,
vengas o no.

jueves, 2 de octubre de 2008

Si no estuviera aquí, dónde estaría?

Cuando el gallo cantó
Yo estaba... ¿en dónde
?
Germán Pardo García


Hay veces que quisiera irme de veras:
cuando el sol se desparrama amarillo
sobre la hierba fresca.
Y tú te vas así, sin hacer ruido,
tal vez a ver el cielo
teñirse de escarlata en la tormenta...
Y yo, ¡Tan diminuta!
Sin luz
ni para ir a comprar velas.

miércoles, 1 de octubre de 2008


Cuando no estás

Cuando no estás
todo es azul, también,
pero no brilla;
y me da niebla el mediodía.

Las flores lujuriosas
me laten en el pecho
memorando el sonido de tu nombre.

Con sexo de mujer:
guirnalda y mariposa,
sueño la pulsación del viento
y tu perfume.

Aún bulle la sangre
en su canción perecedera.
Y yo te espero aquí
mientras la escribo
en los bellos pentagramas del jardín,
donde el deseo se posa,
también, cuando no estás.



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