una madre me escribe
con tinta huérfana
Si despiertas del olvido,
y vuelves
de tu ausencia migratoria,
en una nave
que ya nadie espera;
trae los fragmentos de mí
que ahora le faltan a nuestro amor partido.
Tu fantasma atraviesa la noche
y estira de mis sábanas.
¿Delirio o profecía?
Del perpetuo abandono,
quedó una estrella,
un resplandor.
Tal vez sea llave o llama.
Y si agita la piel del deseo
es sueño y poesía.
Volver cuando es el otoño
donde hay una nube que huyó de la tempestad y vive conmigo. Como un amor que no destruyó el fuego.
Apenas un rescoldo, una abeja de ámbar que escribe con polen su tristeza y depone sus espinas. Una reina que se detiene sobre una margarita llena de alas.
En mi jardín, abre los ojos el cielo, porque se esconde un ángel con sexo de flor.