viernes, 2 de julio de 2010


Es verano otra vez,
el aire tiene el peso de la sal.

Es isla que navega hacia el sol
donde el mar salpica el cielo.

Hay nubes rosadas que pasean
solas en la tarde.

La ventana azul
alumbra la casa encalada.

Hay sonrisa floreada de geranios.
Los pájaros picotean el silencio,
los frutos aguardan en las ramas
.


El jardín es una isla
que flota en mi sueño.
Una sucesión ascendente de pétalos,
una máquina de florecer los días
y enredarlos al pentagrama del tiempo.

Un resplandor de tierra prometida
que la noche estrella en sus colores.

La noche
con alas perfumadas
es esta sed sin geometría
que pulsa mi deseo.