viernes, 28 de noviembre de 2008
martes, 25 de noviembre de 2008
Otra vez nosotros
A Jorge Peribáñez, compañero en la vida,
amante y amigo.
¿Cómo escribirte un poema
hoy que el alba amarilla se desviste
en tus ojos de invierno?
Hoy que tus manos
rasgan mi piel, mi selva femenina.
Son dos estrellas transitorias
clavando resonancias
con cinco puntas que cintilan
como filos de asombro.
No hay alma, te digo
y menos que menos fondo.
Hay estas tempestades
violentas, que el deseo desata
en la superficie de la voz,
en la piel de las letras.
Hoy, el aire florecido en primaveras
se enreda a nuestra mesa de domingo
y nos triza el pasado.
Lo lúgubre, no el beso y sus fulgores.
Luego, el viento y el perfume de la noche
inflaman el porvenir
que también, es nuestro.
Y aquí, otra vez nosotros
nos bebemos con ansia
porque la sed convoca.
Todo vibra. Tenemos testigos.
Estamos vivos y vamos a morir.
¡La música se canta
con estas voces nuevas!
Con ritmo de valentía y elegancia,
hay que batir las alas del poema.
Nos miramos venir
y quedamos suspensos,
en este tiempo actual: color del verbo,
en estas huellas con que la sangre imprime
nuestros nombres, también,
sobre la tierra siempreviva del amor.
lunes, 24 de noviembre de 2008
Al ritmo de tu voz
A Miguel Menassa, poeta y maestro de poetas.
Poeta labrador, tu fina trama
se adentra en la espesura lujuriosa
del verbo, y es tu carne temblorosa
madre y canción de esta ciudad que clama:
¡La guerra detened! Y vuelve al sueño
en penitente sumisión de alas.
¡La muerte detened! Sus lenguas ralas
sedentes de anestésicos ensueños...
Poeta germinal, tu voz magnánime
colora esta ciudad enceguecida,
vuelve a latir mi corazón exánime
la palabra mujer fue construida
en tu despliegue lúdico y multánime.
Al ritmo de tu voz, bailo mi vida.
viernes, 21 de noviembre de 2008
Un viento insumiso
Beso la luz de tu sexo
y me encandilo.
Es de noche,
y la primavera enflora
tu sangre en la memoria.
Te busco
en la escala inversa del silencio,
y tú, sonríes
en el vértice del sueño.
Hoy, un viento insumiso
enredó mis ansias a tu amor,
mi amor, al perfume
cimbreante de tu voz
que tiembla y me bebe,
toda de sed,
inflamando el horizonte.
jueves, 20 de noviembre de 2008
Tiraron.
(¿Cómo fue que pudieron tirar?)
Nicolás Guillén
Van a bombardear Iraq.
¿No ves que danzan los cuervos?
Presagian trombas de muerte
mientras se comen los ojos
de un niño que está despierto.
No hay madre aquí que lo abrigue,
ni habrá flores en su entierro.
Van a bombardear Iraq.
Quieren beber en sus venas
el negro elixir de un sueño,
dulces ojos soterrados
en las crines del desierto.
(Temo ya, nunca te encuentre
bajo esta lluvia de hierro)
Están bombardeando Iraq.
Y el mismo niño, hecho hombre
hoy es el cuerpo del pueblo.
Ya huele a hedores de muerte
agazapado, en silencio.
Sudan sangre las letrinas,
la zarpa del galgo rubio
impía, desató el viento;
se esparce una polvareda...
Y en la oquedad de la cripta
tictac abre fuego el tiempo.
¿Siguen bombardeando Iraq?
Hoy te busco y no te encuentro,
sólo las cuencas vacías
han arrancado los sueños.
Ni los cuervos sobrevuelan
la penumbra del silencio.
No hay rincón ni en las trincheras
donde enflorar algo nuevo.
Acechan las calaveras
y con el último aliento,
sigo buscando refugio
bajo las fauces del miedo.
¡Siguen bombas sobre Iraq!
El mundo en vilo, indefenso,
porque no hay quien se guarezca
del blondo orín de los perros.
* Este poema fue escrito al comenzar febrero de 2003, y leído en el Ateneo de Madrid la noche del 14 de febrero en una manifestación poética contra la guerra.
miércoles, 19 de noviembre de 2008
martes, 18 de noviembre de 2008
Morocha de arrabal
A Dora Romano, in memoriam
En el patio la sombra anochecía
un enjambre de sueños y rosales,
ella bailaba el tango y florecía
aún quedan de su brillo estos retales.
Cotidiana cerró el último día
y se entregó a la noche, a sus caudales
aguas sin fin. No supo de agonía.
Valiente y generosa fue a raudales.
Morena, de sonrisa abastecida
-dejó al nenúfar donde el sol lo espíe-
cuando su voz batió la despedida.
Tal vez soñó que el tiempo se deslíe
porque al cruzar la puerta de salida
ladran los perros que la muerte engríe.
lunes, 17 de noviembre de 2008
Una mujer
Antes de partir habló de la mujer
construyendo su vida y su alegría
una mujer teje ese sueño, ese destino.
Miguel O. Menassa
y se encuentra,
tejiendo otra canción.
Una mujer se vuelca en versos,
en huracanes de espuma
sencilla y frágil.
Una mujer desnuda
-perfume y alas-
una voz extendida
al porvenir.
Comienza la fiesta,
las estrellas están por llover.
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