A ras de cielo
Traje de mi ciudad un verde-miedo,
vine con la canción
que hoy se desgrana:
"No he sabido
volar a ras de cielo,
ni ver fuego en la estrella
ni caminar
sencillamente sola
con la resaca a cuestas".
Vine a decir adios
(perdón por la tristeza),
a esos días
en que esperar era mi fiesta,
a mi tibio cantar entre cigarras,
a morir de frio en primavera.
Cae el telón.
Hay un verde nuevo en la ciudad.
Amanece
estoy perdida.
Comienza la función.
Al filo del poema
Te encuentro
en el reflejo de las letras.En la soledad poblada de los astros...Temblando,
casi ciego-en cada desencuentro-al filo del Poema.
Un íntimo universo
Voy por un recuerdo
que escribo en presente,
por una palabra
que insisteen un tiempo vencido.La palabra que callasenredada en la escalera del viento.
Hubo un instantedonde lo que vibrayacía en la niebla,en el sueño,en el rocío...Amanecí al sur de tus jardinesy todo era ruinasy todo era porvenir.
Presiento,
al borde de tus manos,un íntimo universo;
en flor.
Cómo no soñar másHe llegado del vientocon los besos sin labios que me dejó tu ausencia¿He llegado?Te busco en las rendijas en mi jaulay no estásMerodeo por la callete imaginote llamo desesperadate conmino a latir en la neblinaesta noche iluminadaen el recuerdo de este sueño por venirDesde este llanto australclamo por tu presenciaenamoradaY más te estoy queriendoy másvoy a encontrarteal albatus manos sobre mi espaldacasi dormidocasi flotando entre sábanas blancasSobre la nieve sutilque me devoreel tiempo de los sueñosy el fuego.* Poema publicado en el libro: A Mares, Ed. Grupo Cero
No vengasNo vengas, te digo, a mi jardín de ausencia.Hay una autómata de ojos amarillos, que se llama Nunca,y sonríe desde el lodo vacío.Hay una niña paralítica, cubierta con tules escarlata, velando un sortilegio.Siempre que piden más luz, traen más sombra.Hay también una princesa muda, que llora para siempre, vestida de ceniza.Hace frío, te digo, por favor, no vengas.Voy a partir, voy a buscar semillas.Apagaré la sombra.Quiero dejar a mi paso, abiertas las letras.
Queda la nocheQueda la noche perfumada de nogaly recordar no es posible,y tampoco volver a tejerme la miradaal ritmo de tus versostan amados.Queda la nochecaracoleando en lo árido.Queda una música del arpay ningún bandoneón.(En el jardín vaciote extrañé y me volví loca esperando)Y esperar no es posibley tampoco romperesta clepsidra si se dispara,trampolín hacia el albame digo:-todo futuropor hacer.
* Poema publicado en el libro: A Mares, Ed. Grupo Cero
ExilioPartir fue la sentencia.Partir el corazóncon la violencia del exilio,con la frialdad del témpanocon el dolor de quien no supo,despedirse;llorar a gritos.
NosotrosNosotros somos dos almasque se escaparon de un tangobandoneones de nostalgiaen los suburbios amados.Nosotros con soledadesamantes de sangre frescanosotros cruzando maresrelojes sobre la tierra.Nosotros somos el vientoesa memoria que ardesi alguien nos piensa esta tardenosotros somos recuerdo.Nosotros trepando murosen las caricias aladasde la palabra calladanosostros somos futuro.
Me canto los cuarenta
Abro esta puerta y son cuarenta años
hoy que tantos recuerdos relampaguean...
Estoy viendo la serie de peldaños:
sucesión y trasiego.
Vuelvo a escalar el tiempo y sus fulgores
-el sol de ya no ser lo nunca sido-
cambio monedas de caballito en alfajores,
la merienda era una fiesta que mi madre
sembraba de canciones.
Van desfilando todas mis edades
los nombres de cada cifra
palpitan con cuarenta corazones
poblados de poetas y ciudades.
Son los ladrones robados por el sueño
de Alí Babá clamando que se abra
esta puerta otra vez desconocida.
A los cuarenta cerca de la sangre
una palabra
rompe el silencio de mis dedos.
Fui despertada en medio de la vida
para escribir este poema
que diga que deseo,
que vi volver los mirlos y era invierno,
que estuve enredada con tu amor
bailando junto al fuego.
Que ya no me suena ajena la tinta roja
si me pregunta:
¿Qué significa traducirse en palabras?
¿Qué enalma la noche oscura?
Frente a la duda hay que seguir remando.
Yo escribo este jardín
donde florecen las violetas
en su lluvia musical...
Está el cielo con su séquito de estrellas
multiplicando tiempos por vivir.
Abro esta puerta y son cuarenta años...
Hay tempestades en los dos abismos,
algo habré envejecido y sin embargo
tengo encendidas todas las luciernagas.
En mis manos anidan como pájaros
los vuelos de poemas por venir.
Y en la carne herida...Y en la carne heridala intermitencia de la lluvia
pintaba de silenciotodo un mar
y se partía.
Lo mismo que un navíoLo mismo que un navíoarrancas las orillas de mi mapa,enredas caracolas en el vientrede la noche. Así, ninguna estrella escapa.Y vuelan los suspiros a dos voces,astros con dedos de salrasgan senderos y niebla,tejen al filo del poema, tu nombreligera geografía,con pétalos de mar.