martes, 25 de noviembre de 2008


Otra vez nosotros

A Jorge Peribáñez, compañero en la vida,
amante y amigo.


¿Cómo escribirte un poema
hoy que el alba amarilla se desviste
en tus ojos de invierno?
Hoy que tus manos
rasgan mi piel, mi selva femenina.
Son dos estrellas transitorias
clavando resonancias
con cinco puntas que cintilan
como filos de asombro.

No hay alma, te digo
y menos que menos fondo.
Hay estas tempestades
violentas, que el deseo desata
en la superficie de la voz,
en la piel de las letras.


Hoy, el aire florecido en primaveras
se enreda a nuestra mesa de domingo
y nos triza el pasado.
Lo lúgubre, no el beso y sus fulgores.
Luego, el viento y el perfume de la noche
inflaman el porvenir
que también, es nuestro.

Y aquí, otra vez nosotros
nos bebemos con ansia
porque la sed convoca.
Todo vibra. Tenemos testigos.
Estamos vivos y vamos a morir.
¡La música se canta
con estas voces nuevas!
Con ritmo de valentía y elegancia,
hay que batir las alas del poema.

Nos miramos venir
y quedamos suspensos,
en este tiempo actual: color del verbo,
en estas huellas con que la sangre imprime
nuestros nombres, también,
sobre la tierra siempreviva del amor.

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