El petirrojo al fin
Mientras preparo bolso y gabardina
antes de enarbolarme a mi jornada,
perfumes de heliotropo o mandarina
libran en mí su procesión dorada.
Nacido el sol la fronda está encendida,
es un vergel de sueños el jardín.
El petirrojo al fin, la bienvenida
al reciente estallido del jazmín.
Ese pájaro en flor rubí proclama:
‘Ley de lo bello es su inasible fuga’,
y en vuelo –al viento- su esplendor derrama...
Mi pluma en su alegría se desliza,
ve el rocío temblar sobre la grama
en el rincón que el musgo treboliza.
Mientras preparo bolso y gabardina
antes de enarbolarme a mi jornada,
perfumes de heliotropo o mandarina
libran en mí su procesión dorada.
Nacido el sol la fronda está encendida,
es un vergel de sueños el jardín.
El petirrojo al fin, la bienvenida
al reciente estallido del jazmín.
Ese pájaro en flor rubí proclama:
‘Ley de lo bello es su inasible fuga’,
y en vuelo –al viento- su esplendor derrama...
Mi pluma en su alegría se desliza,
ve el rocío temblar sobre la grama
en el rincón que el musgo treboliza.
2 comentarios:
Bolso y gabardina para caminar por este nuevo camino entre el color de la palabra, perfumada como flor. Enhorabuena !!!
Gracias Norma por tu hermoso comentario. Siempre es una alegría la llegada de nuevos navegantes. Te dejo abierta la bitácora. Hasta pronto.
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