Cálculo de espinas
Si no vino es porque no vino
Alejandra Pizarnik
Ni fue una enredadera que se extiende,
ni habrá canción capaz de acariciarle.
Tendrá los nombres que la muerte enciende,
los enlutados, que no podrán nombrarle.
Hubo un lucero en flor en mis heridas,
después, un remolino de escorpiones;
la terquedad de atravesar los días
y su conspiración de girasoles.
Temprano pereció, perdió el camino,
detuvo el ruedo de las estaciones,
enmudeció su pálpito y su trino.
¡Qué exactitud en su cálculo de espinas!
Septiembre de este lado de la lágrima,
y un siglo que no vuelan golondrinas...
Si no vino es porque no vino
Alejandra Pizarnik
Ni fue una enredadera que se extiende,
ni habrá canción capaz de acariciarle.
Tendrá los nombres que la muerte enciende,
los enlutados, que no podrán nombrarle.
Hubo un lucero en flor en mis heridas,
después, un remolino de escorpiones;
la terquedad de atravesar los días
y su conspiración de girasoles.
Temprano pereció, perdió el camino,
detuvo el ruedo de las estaciones,
enmudeció su pálpito y su trino.
¡Qué exactitud en su cálculo de espinas!
Septiembre de este lado de la lágrima,
y un siglo que no vuelan golondrinas...
2 comentarios:
Me parece maravilloso, y siempre me sorprende, cómo un poeta puede hacer de los momentos menos felices, un canto a la vida !!!
Norma, un abrazo y gracias por tu lectura compañera. Recordé un verso brillante de Alejandra Menassa que dice: 'Cada vez que gocé, nació un poema'.
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