Desde esta isla de los molinos
sin Quijote, la de los pinos perfumando cielos, te saludo.
Porque estar cerca no es ningún
lugar, estar cerca tiene que ver con las palabras.
Así que hoy te llevo en mi
memoria, a robar flores a la plaza del pueblo, que abre ventanitas azules como
sonrisas en las paredes encaladas.
Hay tantos mirlos agitando la
mañana, tantos sueños por germinar en las higueras desnudas.
Hay que ver cómo la tierra se ha
quedado enrojecida, coronada de almendros!
1 comentario:
Paula, leí tus dos textos CASI con un pucho en la mano, pero por respeto hacia tu ayuno no los he prendido. Me alegra verte por esta ruta nuevamente. Ya te contesto el mail!
Besos.
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