
Soles Negros
Era en un tiempo de soles negros
donde buscaba, sin ojos para la noche.
Sin garganta arrancada del grito,
sin manos para pedirte la última limosna.
Me balanceaba hasta el alba
en el columpio lúgubre.
Me soñaba otra
y siempre despertaba.
Las estrellas marinas florecían
y yo me marchitaba de dolor.
Llevaba mi tristeza por bandera, mis harapos.
Te vi partir un día.
Corrí para alcanzarte
y te pedí
que te quedes conmigo.
Fue ahí
cuando el color pacífico de tu mirada
no pudo más,
me declaró la guerra.
4 comentarios:
El final es sorprendente y maravilloso. Muy bien. Un saludo.
Gracias Sylvie, por tu lectura. Ya he descubierto tu blog, abierto en varios de los colores del lenguaje. Enhorabuena!
Estoy verdaderamente sorprendida!!! muy bueno lo que haces!!!
Me gusta la parte de me soñaba otra y siempre despertaba.
Felicitaciones de veras, muy bueno
Gracias Carlos por tus palabras, siempre es una fiesta mirar con nuevos ojos!
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