miércoles, 15 de octubre de 2008


Entonces dijo la voz

Haz del papel un poblado.
Si es posible de corazones,
si es posible en su tinta,
y aún si la tinta es azul...

Azul como la reina
que se balancea infinita
en todos sus pentagramas.
Que se puso verde
como la hierba ardiente del camino
y se esfumó.

Entonces dijo la voz:
“La noche es ciega
por eso está de labios abiertos.
Si se sonríe
trastoca la posición de los astros,
detiene el viento”.

Y del papel ni rastros.
En cada estrella
duerme un poema, por abrir.

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